• Como adulto, busco siempre una figura fuerte de la que depender, para que todo el tiempo me ayude y guíe.
• Minimizo mis éxitos y magnifico mis deficiencias.
• Evito nuevos retos.
• No tomo mis propias decisiones. Soy muy indecisa.
• Vivo a través de mis padres-pareja.
• Evito estar o viajar solo.
• Tengo miedos y fobias a los que no hago frente. Puedo haber sufrido de crisis de pánico, agorafobia o depresión.
• Tengo baja autoestima.
• En el trabajo, no me atrevo a actuar por mi mismo.
• Cuándo tengo que tomar una decisión pido la opinión de los demás y acudo a diversas personas para que me aconsejen, o busco el consejo de una persona de mucha confianza y dependo exclusivamente de ella. En mi cabeza cambio de opinión cientos de veces y todo este proceso me deja confuso y exhausto.
• Mi falta de seguridad para tomar decisiones, provoca que tema cualquier cambio.
• Como evito tanto afrontar las responsabilidades, tengo algunos déficit reales en mis habilidades y opiniones. La mayoría de las veces exagero mi incompetencia.

En el próximo post aprenderás que es la contradependencia.