Las consecuencias de vivir tu vida manteniendo creencias aprendidas en tu infancia de desconfianza y abuso suelen ser las siguientes:

• Cuando alguien hace algo agradable por mí, busco segundas intenciones.
• Tengo miedo de permitir que las personas intimen conmigo, me siento vulnerable.
• Vivo enfadado, con depresión o ansiedad por lo que las personas me han hecho.
• Puedo sentir una intensa desesperación sobre mi vida, sentimiento de inutilidad, impotencia y tener una baja autoestima.
• Vivo en un estado de hipervigilancia que puede dirigirse a todo el mundo, o solo a algunas personas. Siento que debo estar alerta.
• A veces cuando tengo miedo de alguien me desconecto, como si parte de mi no estuviera en realidad allí. Puedo parecer ido, como si estuviera en otro lugar. Estoy disociado. Las cosas me parecen irreales y estoy emocionalmente insensibilizado. Es un escape psicológico del abuso.
• A veces tengo fantasías sadomasoquistas
• Tengo una parte sádica y cruel aunque puede que no la muestre.
• En mi vida actual recuerdo el abuso que sufrí en la infancia:
  Puedo recordarlo todo y llegarme obsesionar.
  Puede que no tenga recuerdos claros de abuso y que casi no me acuerde de mi infancia.
  Puede que no me acuerde de nada directamente pero tengo pesadillas, fantasías violentas, imágenes intrusivas, o me altero cuando algo me recuerda el abuso. Es como que mi cuerpo se acuerda aunque yo no puedo.
  Puedo tener flashback, recuerdos tan intensos que siento como si el abuso estuviera ocurriendo
  Mi forma más peligrosa de recordar, es a través de mis relaciones actuales ya que suelen reproducir el abuso de mi infancia.

En el próximo post aprenderás sobre las consecuencias de las creencias de desconfianza y abuso en las relaciones.