Pudo ocurrir que:

• Tus padres intentaban controlar casi todos los aspectos de tu vida.
• Tus padres te castigaban, te amenazaban o se enfadaban contigo, cuando no hacías las cosas a su manera.
• Tus padres se distanciaban emocionalmente o te dejaban de hablar, si estabas en desacuerdo con ellos sobre cómo hacer las cosas.
• Tus padres no te permitían tomar tus propias decisiones como niño.
• Tuviste que cuidar a alguien de tu familia.
• Tus padres siempre te hablaban de sus problemas personales, y estuviste siempre en el papel de escucha.
• Tus padres te hacían sentir culpable si no hacías lo que ellos querían.
• Tus padres fueron como mártires o santos, desinteresadamente cuidaban a cualquier otro y negaban sus propias necesidades.
• No sentiste que tus derechos, necesidades u opiniones fueran respetadas cuando eras un niño.
• Tuviste que ser muy cuidadoso sobre lo que hacías o decías de niño, por la tendencia de uno de tus padres a preocuparse y deprimirse.
• Tus padres no te dieron la libertad que otros niños tuvieron.

En el próximo post aprenderás cual es el tipo de relación de pareja que confirma tus creencias de sacrificio-sometimiento.