¡LA EVITACIÓN!

El fracaso se refuerza por la evitación, ya que está me estanca y me impide realizar los pasos necesarios para ampliar conocimientos y avanzar en mi profesión.

Evito porque creo que si lo intento voy a fallar.

La evitación puede ser sutil, puede parecer que me enfrento al trabajo pero hago cosas para evitarlo, me retraso, me distraigo, hago el trabajo incorrectamente. Todas estas actitudes son formas de minusvalorarme.

Minimizo mis habilidades y éxito, y exagero mis debilidades y errores, para así reforzar la visión que tengo de mi mismo como un fracasado. Termino sintiéndome un fracasado aunque haya tenido tanto éxito como mis compañeros .

Siento que engaño a los demás, que soy un estúpido, que no tengo aptitudes aunque objetivamente haya tenido bastante éxito.

No doy los pasos necesarios para desarrollar habilidades adecuadas y acceder a ascensos profesionales.

Elijo una profesión por debajo de mi potencial. Pej, hice ingeniería pero conduzco el taxi de mi padre.

No puedo comprometerme con una profesión y por lo tanto cambio de un trabajo a otro. Nunca llego muy lejos en ninguna profesión .

Tengo miedo de tomar iniciativas o decisiones en el trabajo y así nunca me ascienden a puestos de mayor responsabilidad.

Intento compensar (en vez de afrontar directamente) mi falta de rendimiento o de habilidad en el trabajo, centrándome en otros aspectos. Pej, mi atractivo, mi simpatía…

En el próximo post aprenderás cuales son los orígenes del sistema de creencias de fracaso.