De manera inconsciente nos sentimos sentimentalmente atraídas hacía las personas que refuerzan y confirman nuestra visión del mundo. Si estas viviendo con creencias de abandono es muy probable que tu pareja sentimental presente alguna o varias de las siguientes características:

1. Es improbable que tu pareja se comprometa contigo a largo plazo, por ejemplo porque ya está comprometido en otra relación.
 
2. Tu pareja no tiene la disponibilidad necesaria para pasar tiempo juntos. Pej, viaja mucho, vive lejos o trabaja compulsivamente.

3. Tu pareja es emocionalmente inestable. Por ejemplo; bebe, se droga, está deprimido.

4. Tu pareja es como Peter Pan insiste en su libertad y no se quiere comprometer. O quiere la libertad para poder tener muchos amantes.

5. Tu pareja es contradictoria,  te quiere pero se reprime emocionalmente. Algunas veces se muestra muy enamorada de ti y luego actúa indiferente.

Actitudes en las relaciones que confirman tus creencias de abandono

Si tienes creencias de abandono es probable que sin darte mucha cuenta estés reforzando tus creencias a través de  mantener algunas de estas actitudes en tus relaciones de pareja:

Te atraen las personas que muestran cierto compromiso pero no tanto como para estar absolutamente seguro de que lo mantendrán.

Las relaciones de amor inestables te resultan cómodas y familiares porque es lo que siempre has conocido. Te generan mucha atracción.

Te enamoras y eliges parejas que en realidad no están por ti, y así te aseguras de que continuarás en tu territorio conocido, las creencias de abandono que aprendiste en la infancia.

Evitas las relaciones íntimas incluso con parejas apropiadas, porque tienes miedo de perder a la persona o de estar demasiado cerca y que te hagan daño.

Te preocupas excesivamente sobre la posibilidad de que tu pareja muera o de que la perderás y sobre lo que harías si eso ocurriera.

Reaccionas excesivamente ante cosas pequeñas que tu pareja dice o hace y las interpretas como signos de que te quiere dejar.

Eres excesivamente celoso y posesivo.

Te aferras a tu pareja, tu vida se convierte en una obsesión por conservarla.

No puedes estar lejos de tu pareja ni solo por unos días.

Nunca estás convencido de que se quedarán contigo

Acusas a tu pareja: sé que no me quieres, sé que me vas a dejar, no me echas de menos, estás contento de que tengamos que estar lejos.
Con acusaciones por un lado alejas a tu pareja, mientras que por el otro te aferras.

Algunas veces abandonas a tu pareja o te alejas para castigarla por dejarte solo

Tu pareja siente que casi siempre reaccionas de manera desproporcionada.

No estás bien cuando estás solo. Puedes sentirte ansioso, deprimido o distanciado. Necesitas el sentimiento de unión con tu pareja pero tan pronto como se va lo pierdes.

Cuando se produce la separación:  la ansiedad, el dolor y la ira que sientes es tan intensa que te sientes incapaz de tranquilizarte a ti mismo, te sientes desunido y desesperado.

Puedes distraerte más o menos tiempo de tus sentimientos de abandono. Cuanto más tiempo te distraigas más rato podrás estar solo, cuanto menos tiempo te distraigas menos tardarás en experimentar  la sensación de pérdida y la necesidad de volverte a relacionar.

Desapego: la compensación-contraataque

 Algunas personas para poder hacer frente a sus dolorosas creencias de abandono se van al extremo opuesto manteniendo la distancia y negando la necesidad de relacionarse y de intimidad con otras personas: “No te necesito”. Aunque el desapego ayude a enfrentarse a los sentimientos de abandono, no es lo adecuado. Se reprimen los sentimientos y se bloquean las emociones. Se generan problemas de conexión emocional.

En el próximo post aprenderás sobre el ciclo del abandono.